jueves, 9 de diciembre de 2010

Leccion de Amor

El otro día iba como un loco de un lado para otro, bueno como siempre, me di cuenta que eran casi las dos de la tarde cuando mis tripitas me anunciaban que ya hacia hambre y que era hora de que me parara a comer algo.

Sin pensarlo mucho me paré en uno de esos lugares de comida rápida y cuando vi a través del cristal que había solo una pequeña fila decidí entrar. Miré cuidadosamente a cada unos de los que estaban en la fila y llamó mi atención una pareja joven, con una niña como de unos cinco añitos, muy bonita, muy educadita y mientras admiraba la belleza de la niña, entró un pordiosero muy harapiento, mal oliente, con una barba muy larga y los pelos muy sucios. Se fue acercando uno por uno a los comensales que estábamos allí. A todos nos pidió comida y cada uno de nosotros solo lo ahuyentamos y le dijimos que se nos quitara del lado.

Cuando el gerente de la tienda advirtó lo que sucedia y ya estaba espantándolo del lugar, la niña bella, que había visto momentos antes, acababa de recibir su comida de la dependiente del lugar y sin encomendarse a nadie se soltó de la mano de su papá, fue hasta donde estaba el pordiosero sacó de la bolsa de comida otra bolsita con papitas fritas se acercó a él y le dijo, Sr. ¿tiene usted hambre? Por favor reciba estas papitas, el hombre estiró su mano muy delicadamente tomó las papitas, la bendijo y le dio las gracias.

Acto seguido se pararon frente al hombre un par de personas y le ofrecieron comida. El miró a todos los que estábamos allí y dijo en voz muy alta: no, muchas gracias estas papitas que me acaban de regalar no solo van a calmar mi hambre, sino que han de llenar para siempre el vació que había en mi corazón.

Todos nos quedamos atónitos con la expresión del hombre. A más de uno de los que estaban allí les bajó más de una lágrima por la mejilla. Aquella hermosa niña, aquella delicada criaturita, bien vestida, muy limpia, con su inocencia nos había dado a todos una cátedra de educación, de sensibilidad, de humanismo, de bondad, de religiosidad, nos había recordado que debemos compartir con nuestro prójimo y extender la mano al caído.

Quizás, ya todos habíamos olvidado que Dios dijo: has bien y no mires a quien y creo que últimamente, incluyéndome a mí, se nos ha olvidado esa y muchas cosas más de las que debíamos tener siempre presente. Solo nos dedicamos al día, día, a la rutina diaria a tratar de tener lo mejor, a ver como hundimos a otros para escalar mas peldaños, sin darnos cuenta que en lugar de crecer vamos cada día disminuyéndonos y siendo menos seres humanos y más animales que los animales.

Demás está decir, que últimamente, hasta en la televisión han mostrado animales rescatando otros animales. Esto lo hacen por instinto. Cosa que nosotros no hacemos a menos que sea algo que nos toque de cerca y aun así hasta lo pensamos antes de hacerlo.

Dios perdóname y perdona a todos los que hemos ido olvidando tus enseñazas, colma nuestros corazones de bondad para que podamos seguir sirviéndote, para que miremos a nuestro prójimo como a nosotros mismos y así quizás algún día vivamos en paz.








Miami, Florida


miércoles, 18 de agosto de 2010

Mi Amigo Más Joven

Ayer tuve la oportunidad de compartir con el amigo mas joven que tengo, apenas tiene 2 años 10 meses. Bailamos juntos en unja fiesta donde compartimos, por que es tremendo bailarín, hicimos maldades, le enseñé un par de pocas vergüenza, en el buen sentido de la palabra, lo levante en aire, lo hice reír y me hizo reír y le dije par de palabritas para se recordara de mi cada vez que las escuchara, o nos encontráramos, hasta logré que me diera la mano como si fuera a ir conmigo y le dijera a su mamá, adiós Nana.

Diana, su mamá, lo miró con cara se sorpresas, como diciéndome: y a éste que le pasa, que confianza esa, que me dice adiós sin pedir permiso para irse.

Era increíble como aquel chiquito había logrado conquistarme en un momento, me había hecho traspórtame 35 años atrás cuando su mamá era más o menos la misma edad y yo iba a ver su tía, quien hoy es mi esposa, casi a escondidas. Me la pasaba jugando con ella.

Gratos recuerdo de eso tiempos. Me parecía ver a Dianita con su pelo largo, su carita inocente extendiéndome los brazos para que la levantara en alto y la bajara, para así hacerla reír. Esto era como si la amistad de su mamá se extendiera ahora en él.

Hoy al compartir con Caleb lograba en mi mente un retroceso, pasaba frente a mí una película de mi pasado, yo, por otro lado, le daba gracias a Dios por, no solo, haberme permitido jugar con mamá de niña, sino que ahora tenia la oportunidad de disfrutar de éste, Mi Amigo Más Joven, y que volviera hacerme reír como hace 35 años atrás.

Ojala tenga yo la dicha de verlo crecer, convertirse en un hombre, estudiar, casarse y lograra conocer a sus hijos para también hacerlos mis amigos.

Que Dios te bendiga Caleb. Mi Amigo Más Joven. .








Miami, Florida






lunes, 2 de agosto de 2010

¡Que Regalo, Señores, Que Regalo!

Me senté a planificar con mi esposa las vacaciones que tomaríamos durante la navidad y mientras yo trataba de convencerla y le sugería con todo el romanticismo que amerita que fuéramos a Paris, Francia a despedir el año donde renovaríamos nuestros votos de amor, me interrumpió el sonido del teléfono, era mi hija que vive en la ciudad de Memphis, Tennessee. En ese momento nos anunciaba que estaba embarazada e íbamos a tener nuestro segundo nieto, yo miré a mi esposa detenidamente y pensé para mis adentros, faltan más o menos ocho meses para navidad, ¿será que se me dañaran las vacaciones? Inmediatamente le pregunté: ¿para cuando? Me tienen para finales de diciembre, ¡hum! Lo que me sospechaba. Se me aguó el viaje, ni pensar que mi esposa se fuera de vacaciones dejando a su hija de parto, así que en un lugar de ir a Paris, íbamos a parir. Nada, que llegó la navidad y no fuimos a casa de mi hija, cuando la vimos no podía creer aquella pequeñita mía, que siempre la había visto como una muñequita, que media a penas 5 pies y pesaba menos de 100 libras estaba casi deforme, perdón me va matar cuando lea esto, pero no podía creer su transformación. Esos días transcurrieron muy rápido y llegó el 31 de diciembre, fecha en que para mi, y creo que para muchos, es el día en que celebramos el fin de año que nos deja, nos despedimos de las alegrías, las tristezas, los cosas malas que nos han pasado durante año, donde tratamos de enterrar todo lo malo, algunos también lloran pues se va el año que le ha traído muchas cosas buenas y temen que el se aproxima no sea igual. También celebramos la llegada del nuevo año con suplicas, oraciones, y nuevas esperanzas. Rogamos por el año que llega venga repleto de salud y muchas cosas lindas y para los nuestros.

Los síntomas se asomaron muy temprano en la mañana, nos fuimos al hospital, mi esposa, mi hija, su esposo, mi hija menor y yo. Allí nos llevaron a una habitación, que parecía más una suite de un hotel que un hospital, enseguida le pusieron todos monitores, el suero y montón de cosas más, que no se ni que eran. Yo me sentía con una cucaracha en baile de gallinas, pues nunca había estado en una situación como esta y tratándose de mi hija el miedo que tenía era incontenible, las manos y los pies me temblaban que parecía que me iba a caer en pedacitos, pero que cará, ya estaba allí y tenía que seguir hasta lo último.

La enfermera y el médico venían cada rato a tomar, dis que, las medidas y salían, volvían y entraban de vez en cuando, esta larga espera para mi solo hacia que aumentaran mi ganas de salir de allí corriendo, casi podría decir que me volvía medio loco. En una de esa que entraron, la enfermera le anuncio al médico que ya estaba en diez centímetros, yo no sabia ni de que hablaban, pero en cuestión de segundos lo que era una suite de hotel lo convirtieron en una sala de operaciones, encendieron unos focos, que alumbraba más que un estadio de pelota, a la cama donde estaba mi hija le tumbaron la parte de abajo, le pusieron unos ganchos, donde ella iba colocar las piernas, le pusieron una sábana por arriba de la tremenda barrica que casi ni alcanzaba, al doctor lo vistieron con bata, mascarillas, guantes, gorra. La enfermera igualmente y todo comenzó. Los único que se escuchaba era puja, puja, puja ya viene. Creanme que esto me lo contó mi esposa, pues yo creo que con todo el ruido que producían los latidos de mi corazón apenas podía escuchar y mucho menos ayudar, pues yo estaba tratando de aguantarme el corazón con las manos para que no se saliera del pecho.

El médico gritó ya está la cabeza afuera, me arme de valentía y mire ahí mismo, no se ni como mis piernas me aguantaron para que no cayera, aquello era la cosa más impresionante que había presenciado en mi vida. Ver no solamente a mi hija pasando por todo aquello, sino ver también que se desprendía de su ser otro ser que venia a ser parte de la prolongación de mi vida. Que sensación, este acontecimiento tan bello, merecía el haber perdido mis vacaciones. De saber esto antes, hubiese estado allí al día después de la concepción, para no perder ni un instante de esta momento tan bello. Jamás me hubiese perdonado el no estar allí. Ver aquella belleza que posaban sobre mis brazos, aquella inocente criatura, ver como el mandato de nuestro Señor de creced y multiplicaos, se estaba haciendo realidad antes mis ojos.

Ya no volvería jamás a despedir el año sin dar gracias a Dios por haber puesto en mis manos, en menos de un minuto parte de lo que era su creación. Gracias mi Dios, gracias por darme la oportunidad de haber sido parte de ésta Tú celebración de la vida y gracias por permitirme el ser abuelo por segunda vez y tener a Adriel en mis brazos acabando de nacer.

¡Que regalo señores, que regalo y que despedida de año! .>




Miami, Florida



jueves, 15 de julio de 2010

El Amor

El amor ya no toca mi puerta

El amor se burla de mí

El amor entristece mi alma

El amor se ha ido de aquí


He tratado una y mil veces

Retenerlo aquí, junto a mí

El amor se va como el viento

El amor se ha ido de mí


Donde estas amor, donde estas

Que he hecho para que no estés aquí

Que he hecho para sigas huyendo

Que hago para regresarte a mí


Te he buscado en cada rincón

Te he suplicado que vuelvas aquí

Parece como si nunca quisieras

Volver a estar junto a mí



Carlos O. Colón Rodríguez
Miami, Florida
email: carlos@libroscolon.com

martes, 22 de junio de 2010

Al Cumplir Medio Siglo

Esta mañana mi teléfono sonó exactamente a las 6:00 de la mañana, aún no había abierto mis ojos, busqué desesperadamente el aparato telefónico para hacerlo callar, pero algo en mi mente rápidamente me indicó que debía contestar. Lo levante y escuché al otro lado del megáfono cuando mi mamá me decía: un día como hoy hace 50 años llegaste al mundo, en ese momento y hasta este día le doy gracias a Dios por haberme permitido traerte al mundo. Aquello retumbó en mi cabeza como un balde de agua fría, me cantó las mañanitas y luego se despidió. Minutos más tardes mi teléfono volvió a repicar y esta vez era mi nieto de dos añitos llamando, Papa, Papa, “happy birthday” me dijo, aquella voz tan pequeñita también retumbo en mi cabeza. Comenzó de inmediato una pelea dentro de mi, que era inexplicable, en cuestión de un par de minutos estaba pensando en la vejez y la juventud, aquella incertidumbre de lo que era mi vida, de mis disfrutes, mis tristezas, mis alegrías, mis familiares, mis amigos.


Seria que como dice la canción de Alberto Cortez, que hoy comenzaba a vivir la otra mitad de mi vida, o más bien tendría que decir como Mercedes Sosa, Gracias a la Vida, de Violeta Parra por haberme dado tanto. ¡Era verdad! Tenia que dar gracias a la vida por haberme dado tanto. Había tenido el privilegio de ver dos siglos, la oportunidad de disfrutar a mis padres, de casarme, con una mujer maravillosa, tener dos hijas, a las que amo, me había dejado ver a mis nietos, en fin había casi consolidado mi vida.


El teléfono había sonado y había tenido el privilegio de oírlo, había tenido la oportunidad de abrir los ojo y podía ver, había podido enviar un mensaje a mi cerebro para que este a su vez dejara que mi sistema nervioso y mis músculos en combinación me permitiera mover mi brazo, se estirara y me permitiera alcanzar el aparato telefónico, ¿que complejo verdad?, lo había podido agarrar, había abierto mi boca y habían salido palabras de la misma. Que dichoso soy, me dije a mi mismo, todo lo que he logrado en un segundo, descubrir este privilegio era tan grande, como el estar vivo.



En un pequeño instante hice un análisis, era verdad, estaba vivo. Nunca antes había sentido esta sensación, nunca me había permitido el privilegio pensar y darme cuenta de que la vida era hermosa.



Llegó a mi mente la letra de una vieja canción que escuché interpretar tanta veces a mi amiga de siempre Renee Barrios, El Viaje, de Concha Valdés Miranda, donde se expresaba prácticamente mi vida, o mejor dicho la vida de todos aquellos que tenemos la oportunidad de vivir hasta los cincuentas o más. Lo que pasa a los veinte, a los treinta, a los cuarenta y a los cincuentas.



En ese momento me puse a orar. Le pregunte a nuestro Señor hacedor de la vida. ¿Me darás la oportunidad de vivir algunos años más? Pensé en las veces que le dije a mis amigos, cuando habla con ellos y me preguntaban: ¿que haces? Yo siempre les contestaba: Aquí viendo a ver si me dejan llegar hasta fin de año. ¿Que tú crees, me darán la oportunidad? Siempre se reían de esta expresión. Pero ahora estaba hoy aquí 1ro de marzo, y pensando, ¿será que me dejaran llegar a fin de año? ¿Que incertidumbre, verdad? Será que hoy comenzaba yo a contar el tiempo, será que voy a comenzar a apreciar más cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo. Será que comenzaba a mirar la vida desde un punto de vista diferente. Será que comenzaba a pensar que las verdaderas prioridades de la vida, son amarse uno mismo, amar a otros y tratar de dar lo mejor de uno cada día.


Señor gracias nuevamente por este privilegio de dejarme llegar a este medio siglo, medio siglo, me parece como si fuera algo bien antiguo. Pero que bueno haber llegado a él.




Miami, Florida



Te extrañé


Extrañé el calor de tu cuerpo y desperté

Te busque con ansia locas y no te encontré

Esta nostalgia de ti me volvió loco

Creí morir al no sentir tu piel




¿Donde estas? ¿Por que te fuiste dejándome tan solo?

¿Porque esta ansias de tenerte junto a mi?

¿Porque la falta de tu piel me vuelve loco?

¿Por qué al estar sin ti creo morir?

¿Porque sin ti? ¿Por que sin ti? ¿Por que sin ti?




Vuelve a mí




Déjame sentir tu piel

Déjame acaríciate toda

Déjame nacer de nuevo

Déjame vivir





Mamá

Ayer desperté a media noche, estaba empapado en sudor y con unos escalofríos que parecía que me estaba muriendo… estaba soñando. Me encontraba sentado al lado de tu lecho y mientras contemplaba tu faz, miraba tu debilidad y la palidez de tu rostro, mi pecho se oprimía como si un pedazo de cielo se cayera sobre mi, mi corazón no dejaba de latir con tanta fuerza que pensaba que se me iba a salir de pecho. En mi garganta se hacia un nudo al sentirme tan inútil ante lo que sentía tan cerca.


Mientras todo esto sucedía, apretaste mi mano como si supieras todo lo que sentía mi alma. Una vez más tratabas de darme fuerzas como, cuando era un niño y acariciabas mi cabeza en señal de amor, siempre buscando la forma de darme fuerza para que aprendiera a sobrellevar lo que no podía cambiar. Cuantas veces cubriste mis faltas, cuantas veces perdiste el sueño a mi lado cuidándome, sabes, te confieso que siempre me di cuenta que estabas ahí, pero me sentía tan protegido que me era muy difícil dejarte ver que estaba bien y perder la oportunidad de tenerte cerca. El solo instante de tenerte a mi lado me hacia sentir el ser mas feliz sobre la tierra.



Muchas veces me pregunté si todo el mundo sentiría lo mismo, pero este era mis secreto más preciado y no quería que nadie lo descubriera. Nunca me atreví tampoco preguntarle a nadie si sentía lo mismo, pues temía que se perdiera aquel encanto de tenerte cerca.



Nunca, hasta este día, he podido explicarme a mi mismo este amor tan grande que siempre he sentido por ti. Sería el mismo amor que Jesús sintió por su madre. Cuantas veces he tratado de buscar una respuesta y siempre me encuentro entre la misma incertidumbre.



Hoy, siento que este amor se me va de las manos sin poder hacer nada. ¿Que estaba sucediendo? ¿Por que me sentía como un niño ante la impotencia de ayudarte, si yo sabía que este momento llegaría algún día? Pero hoy estaba aquí a tu lado y olvidaba todo lo que me habías enseñado. No quería que te fuera, quería tenerte para siempre sin importarme pecar en ese momento al ir en contra del destino.


He estado suplicando a Dios que me de las fuerzas necesarias para dejarte ir, pero me traiciona el corazón y dentro de mi hay algo que no permite que esta suplica se haga verdadera.


Señor, yo aprendí a rezar junto ella arrodillado imploro perdones mi ignorancia, perdona mi desobediencia al no querer seguir tu designios, pero es que me siento tan impotente ante lo que se aproxima y lo que en este instante que pones delante de mi que las fuerzas me han ido abandonado que ya no me tengo fuerzas ni para llorar.


Señor permite que este momento tan doloroso solo se haga tu voluntad.




Miami, Florida


martes, 18 de mayo de 2010

Las Golondrinas


Esta historia le ha dado la vuelta al mundo y creo que a nosotros, las personas que nos dedicamos al negocio de las funerarias, nos debería tocar de cerca.


De aquí podríamos sacar más que conclusiones, podríamos aprender y desmostarle a las familias que servimos, la importancia que tiene la perdida de un ser querido.


Últimamente han surgido en los noticieros, o por Internet, eventos donde han estado envueltos animales que han sido captados por la cámara de alguien. Estos se han publicado en los medios dando los mismos la vuelta al mundo y sacándonos a más de uno las lágrimas o más bien despertando esa parte que tenemos dormida en nuestro ser, que es la sensibilidad.


Lo que observarán de aquí en adelante son las fotos captadas por el lente de un fotógrafo que quizás por curiosidad, o con el fin de sacarle algún provecho las tomó, sin imaginar el impacto que podrían tener ante la gente.



Este pajarito se encuentra tirado en la carretera, quizás herido de muerte o en una condición fatal.

Ella fue atropellada por un auto mientras volaba muy bajo sobre la vía.




El macho viendo a su amada tirada e imposibilitada le trae comida y trata de atenderla con amor y compasión mientras la hembra abre su boca en un intento por alcanzar la comida que él le trae.


En vano trata de que ella coma, se da cuenta de que sus esfuerzos por tragar son casi imposibles.





El macho vuelve a posarse sobre la hembra, pero esta vez se da cuenta de que está muerta.


Trata en vano de moverla en un último intento por revivirla, pero ya no hay nada que hacer, no da señales de vida.





Percatándose de que su amada está muerta y que ya nunca podrá volverla tener junto a él, trata de rodearla de amor. Le grita, mueve sus alas en un último intento por revivirla.





Sigue con sus gritos de dolor anunciando la perdida que ha tenido. La tristeza lo embarga.


En su carita solo se refleja el dolor.





Finalmente se queda junto al cadáver en señal de duelo pasando con ella esos últimos momentos.


Demostrando de alguna forma su sensibilidad ante la perdida de su ser amado.




Millones de personas en América, Europa y hasta en la India han llorado ante estas escenas de dolor mostrada en las fotos.


El fotógrafo probablemente haya vendido estas fotos por un buen precio, a uno de esos famosos periódicos. Quisas todas las copias de la edición donde fueron publicadas las fotos fueron vendidas.


Mucha gente habrá pensando más de una vez que los animales no tienen cerebro o sentimientos. Ellos por el contrario, le han demostrado al mundo en escenas como esta que es probable que tengan más sentimientos que nosotros los llamados seres inteligentes. Ustedes han sido testigos de unos momentos de amor y dolor, sentida por una criatura de Dios.


Ahora, después de haber visto estas escenas tan conmovedoras. Deberíamos pensar: ¿No somos nosotros los llamados a orientar a las familias que servimos? ¿No somos nosotros los que deberíamos tomar las riendas de nuestros negocios y ayudar a las familias a recobrar esa sensibilidad, ese sentimiento que llevamos dormido y que hemos ido perdiendo, quizás por la rutina diaria de la vida y el poco tiempo que nos dedicamos incluso a nosotros mismos?


¿No deberíamos tomar ventaja de estas situaciones y además de ayudar a la humanidad a recobrar lo perdido, también haríamos que nuestros negocios sigan echado hacia delante?


Hemos visto como en los últimos tiempos nuestros negocios han ido mermando. Los servicios que escoge la familia no es ni la mitad de antes. Nuestros ingresos se han sido afectando. Vamos despidiendo padres de familia ante la falta de trabajo. Vamos invirtiendo menos en nuestros negocios y por lo tanto se va afectando la apariencia del mismo. No compramos coches nuevos ni equipos nuevos, solo tratamos de reparar lo que tenemos.



Nos hemos puesto a pensar realmente: ¿Qué estamos haciendo mal en nuestras empresas? ¿No ha llegado la hora de prestar atención a los últimos acontecimientos que han sucedido en el mundo con los animales? Ellos nos han demostrado que tienen más amor y más sensibilidad que nosotros.


Despertemos de ese letargo, hagamos nuevamente que se crea y se quieran usar nuestros servicios.


Hablemos a todo el mundo de la importancia de nuestros servicios. Demos a nuestros clientes una sacudida para que también despierten a esa realidad y ese amor que estamos perdiendo. De esta forma contribuiremos a rescatar las cosas perdidas y lograr que en nuestro mundo se viva mejor.




Miami, Florida


viernes, 29 de enero de 2010

Renee Barrios


Renee Barrios

La cantante cubana, Renee Barrios, "Reina del Feeling" dando léctura a la "La Creación" árticulo de Carlos O. Colon Rodriguez, durante el Encuentro Literario, Luz del Corazon, celebrado el miercoles 6 de diciembre de 2009, en Miami, Florida