lunes, 30 de abril de 2012

Karl H. Lembcke: Mi Cardiólogo




Ayer probablemente tuve una de la experiencias más bonitas que he tenido en muchos años, me encontré un médico que todavía se preocupa realmente de sus pacientes sin importarle si hay un seguro médico de por el medio, si el paciente tiene o no dinero para pagar la visita o si podrá cobrarlo algún día.

Bueno llegué a la oficina de mi cardiólogo Dr. Karl H. Lembcke, para una visita de rutina, y cuando entregué mi tarjeta del seguro médico a la secretaria de inmediato me dijo: el seguro que usted tiene no lo honramos en esta ofician. El corazón me dio un vuelco, pues no quería perder la cita, ni tampoco tener que cambiar de médico, pues ya llevaba varios años atendiéndome con él y esto representaría como un comenzar nuevamente. Tampoco andaba con dinero para poder pagar por la visita. Mientras la secretaria me miraba yo me sentía como una cucaracha en baile de gallina, la sala repleta de pacientes y yo allí prácticamente mendigando para que médico me viera.

La secretaria finalmente me dijo: déjeme hablar con el medico a ver que me dice, se paró de su silla para ir donde el médico y yo me quería morir en ese instante, mi corazón estaba latiendo con tanta rapidez que si el médico o la enfermera me auscultaba en ese momento me enviaban a una sala de emergencia, no me atrevía mirar a ningún lado pues sentía que toda la gente en la sala de espera me estaba mirando y esperando a ver que decía el medico. Dos o tres minutos más tarde se asomó el médico por la ventanita de atención me miró y me hizo señas de que entrara, yo solo suspiraba a la espera de que me dijera que no me podía atender, él miró, se limitó a echarme el brazo sobre mis hombros y me dijo: jamás se te ocurra no venir a una cita por no tener seguro médico o dinero para pagar, a mi lo que importa es tu salud y mi mayor satisfacción es que mis pacientes estén bien.

Esta había sido una buena bofetada para mi, esto jamás me había sucedido y jamás nadie me había comentado que algo así le sucediera con médico. Me condujo a su oficina se sentó en su escritorio miro mis últimos laboratorios y su cara cambió. De inmediato me dijo: ¡hum! Yo tratándote tan bien y mira tus resultados, todo lo que tienes que tener bajito lo tienes alto y todo lo que tienes que tener alto lo tienes bajito, con unos resultados como estos, gracias a Dios no estas en la universidad por que ya te hubiesen votado del salón de clases y hasta del campus. Nuevamente me miro directo a los ojos y me dijo: yo estudié para hacer todo lo este en mis manos por curar a la gente, nunca me ha importado su situación económica, pero ellos me tienen que ayudar a mí y si me paciente no esta dispuesto a ayudarse no lo quiero aquí, así que tu dices. ¿Te quieres curar? ¿Quieres vivir muchos años más? Si tu contestación es afirmativa yo te ayudo, sino quedamos como amigos y listo.