jueves, 14 de junio de 2012

El Padre Autor: (Héctor F. Gagliadi)


Mi negra, te quiero hablar. Ya los chicos se han dormido.
Así es que, deja el tejido que te puedes equivocar...

Hoy te quiero preguntar ¿por qué motivo las madres de la mañana a la tarde
amenazan a los hijos con ese estribillo fijo?

¡Ha cuando venga tu padre!

Con el padre de aquí, con el padre de allá, resulta que al final
a verme llegar a mí, parecen ver a Caín y escapan por todos lados.

Y yo que llegué cansado, de trabajar todo el día, recibo por bienvenida una lista de acusados.

Tu empiezas con tu quejas y yo tengo que enojarme, cómo lo hacia mi padre cuando escuchaba la vieja.

Y entraba a fruncir la cejar apoyando ese fiscal, que en medio del temporal se decían defensoras lo mismo que tu ahora que siempre me dejas mal...

Si los perdono, que ejemplo; así es cómo los educas, si los castigo, so bruto tú no tienes sentimientos y yo que llegué contento no me queda más remedio que poner cara de serio
y escuchar tu letanía.

A mi, a mi que me paso el día pensando jugar con ellos.

Yo quiero llegar a casa y olvidarme felizmente del trabajo, de la gente y de todo lo que pasa.

Los hijos son la esperanza y el por que de nuestras vidas; por eso nunca le digas

¡Ha cuando venga tu padre!

No, no quiero encontrar culpables, quiero encontrar alegrías, que no me pongas de escudo cómo lo hacia mi madre que consiguió que a mi padre lo imaginara un verdugo.

Él llegaba y te lo juro que se acaban las risas y en vez de una sonrisa o tratarlo cómo a un amigo lo miraba confundido presintiendo una paliza.

Y el pobre que me entendía, sacudiendo la cabeza, escuchaba con tristeza lo que mí madre decía y que el de sobra sabia.

Que con este no se puede, que me ensucia las paredes, que la calle, la pelota, que trajo la suela rota, me saca cana verde.

¡A la cama y si comer! aburrido me ordenaba y mí madre me consolaba y yo lo culpaba a él

Y él, que había llegado reciente de trabajar tan cansado y ya lo había amargado con todas mis travesuras. Yo era solo una criatura pero nunca lo he olvidado.

Los hijos, los hijos nunca analizan el sentimiento del padre, por que el brillo de la madre es tan fuerte que lo eclipsa, solo le hacemos justicia a su íntimo sentir cuando nos toca a vivir a nosotros su problema.

Si mi viejo supiera, si mi viejo supiera que recién lo he comprendido y por que nunca me dijo lo mucho que me quería, si ahora se como sufría al ver enfermo a su hijo.

Por que me miraba fijo el primer pantalón largo y se que me habrá besado cuando yo estaba dormido.

Hoy que todo lo comprendo por que no estarás conmigo.

Por que no estarás ahora para abrazarte bien fuerte Viejo lindo y ofrecerte mi cariño a toda hora.

Ves a tu hijo que llora, pero lloro con razón por que te pide perdón al pensar en esos días en que ciego no veía que eras todo corazón.

Déjame Negra, déjame Negra que llore es tan lindo desahogarse.

Vamos a ver lo que hacen nuestros futuros señores. ja, ja,

Mira eso pantalones, tapa un poco la nena, o ya se, ya se, no me lo digas, se fue a la calle sola.

Acuéstate protestota mañana, mañana será otro día

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